Esta página se ha traducido automáticamente.
Jap de Boer procedía de una familia holandesa de clase trabajadora. Su padre, de clase obrera, le inculcó una creencia apasionada en el papel del trabajo para unir y liderar Europa y el mundo. Mantuvo viva esta fe a pesar del frío y las penurias de un campo de trabajos forzados alemán durante la última guerra mundial.
Tras la guerra, regresó a Alemania. Allí trabajó al servicio del Rearme Moral, cerca de los líderes sindicales alemanes que querían construir un movimiento sindical unido, fuerte y democrático. En años posteriores, su experiencia y convicción le convirtieron en un estadista, líder sindical e industrial acostumbrado y de confianza en muchos países, desde Europa hasta Japón y Australia.
Pasó la mayor parte del último año de su vida en Nueva Guinea, invitado por líderes políticos que querían conducir al país hacia la independencia sin violencia. Sus experiencias en la jungla neoguineana son una historia real moderna, una versión del siglo XX de los Hechos de los Apóstoles.
De regreso a Holanda, visitó Filipinas, Indonesia y Panchgani (India). En las afueras de Bombay murió en un accidente de aviación.
Sueco